El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) informó que la canícula 2025 en Guatemala está prevista para iniciar durante la primera quincena de julio. Así lo confirmó César George, jefe de Meteorología del Insivumeh, quien detalló que, de acuerdo con los pronósticos actuales, no se espera que este periodo sea prolongado.
Aunque aún no se ha determinado el día exacto del inicio de la canícula, el Insivumeh aclaró que se confirmará oficialmente una vez se observen los primeros indicios en el comportamiento del clima. Por ello, se recomienda a la población consultar únicamente fuentes oficiales para evitar desinformación.
¿Qué es una canícula?
La canícula es un fenómeno climático que se caracteriza por una disminución temporal de las lluvias durante la temporada de invierno, a pesar de encontrarse en plena época lluviosa. Este periodo suele estar acompañado por altas temperaturas, aumento en la radiación solar y cielos despejados, lo que genera condiciones más secas en distintas regiones del país.
En Guatemala, la canícula ocurre de forma recurrente entre julio y agosto, afectando principalmente al sur, centro y occidente del país, donde la agricultura de subsistencia puede verse comprometida por la reducción de precipitaciones.

Comparación con años anteriores
En 2024, la canícula fue irregular y de corta duración, con apenas 5 a 7 días de sequía registrados en julio. Sin embargo, en años anteriores este fenómeno ha tenido mayor estabilidad y duración, iniciando regularmente también en la primera quincena de julio y extendiéndose por más de dos semanas.
Pronóstico para los próximos días de mayo
Mientras se espera el inicio oficial de la canícula, el Insivumeh advirtió que el clima en los últimos días de mayo será muy caluroso en varias regiones del país. Estas condiciones de calor extremo podrían intensificarse hacia junio, generando impactos en la salud, el consumo de agua y la productividad agrícola.
Monitoreo y actualizaciones del INSIVUMEH
El Insivumeh continuará con el monitoreo constante del comportamiento climático para informar con precisión sobre el desarrollo de la canícula. Las autoridades insisten en la importancia de mantenerse informados a través de canales oficiales, especialmente en lo que respecta a fenómenos que pueden influir en la agricultura, la salud pública y el abastecimiento de agua.

