El Tren Maya, uno de los proyectos insignia impulsados desde México, sigue avanzando en su construcción, aunque enfrenta ajustes significativos en su posible expansión hacia Guatemala. La línea ferroviaria, propiedad de la empresa pública Olmeca-Maya-Mexica, conecta actualmente varios estados del sureste mexicano y ofrece traslados locales, interurbanos e interestatales, así como servicios turísticos y de carga.
Durante su visita a Honduras en el marco de la Cumbre de la Celac, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sostuvo una reunión bilateral con el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, donde uno de los temas más relevantes fue el futuro paso del Tren Maya por territorio guatemalteco.
Originalmente, el proyecto contemplaba que el Tren Maya ingresara a Guatemala atravesando la selva de El Petén, una de las regiones más ricas en biodiversidad de Centroamérica y hogar del sitio arqueológico de Tikal, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Sin embargo, preocupaciones ambientales sobre el impacto que esta infraestructura podría causar en la selva tropical, los corredores ecológicos y especies en peligro de extinción, llevaron a reconsiderar el trazado.

Propuesta de cambio de ruta del Tren Maya: entrar por Belice
Para proteger el ecosistema del Petén, Sheinbaum anunció que se estudia modificar el ingreso del tren, optando por cruzar primero por Belice antes de bajar hacia Guatemala. Este cambio busca respetar las áreas naturales protegidas y preservar la riqueza cultural y natural que representa el Petén, considerado el tercer pulmón verde del planeta.
La región del Petén, además de su importancia ecológica, es vital para el turismo sostenible guatemalteco. Impactar su biodiversidad podría afectar no solo al medio ambiente, sino también la experiencia turística y la economía local.
Impactos ambientales detectados en México alertan a Guatemala
La preocupación de las autoridades guatemaltecas no es infundada. En México, la construcción del tramo 5 sur del Tren Maya ha causado graves daños ambientales, según reportes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que incluyen derrames de concreto en cenotes, demolición de cuevas y contaminación de sistemas hídricos en Quintana Roo.
Estos antecedentes refuerzan las advertencias de ambientalistas y organizaciones como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), quienes alertan sobre los riesgos que proyectos de esta magnitud suponen para ecosistemas frágiles.
Hacia una agenda binacional sostenible
Además de la revisión de la ruta del Tren Maya, Sheinbaum propuso realizar una Cumbre del Bienestar entre México y Guatemala, enfocada en el desarrollo social, económico y en la creación de un polo industrial fronterizo. Este polo estaría vinculado no solo al Tren Maya, sino también al Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, buscando impulsar el comercio y la movilidad regional, al mismo tiempo que se promueve un modelo de infraestructura respetuoso con el medio ambiente.
El rediseño de la ruta del Tren Maya y la creación de nuevos corredores industriales marcan un paso hacia una integración binacional más consciente, donde la protección del entorno natural y el respeto al legado maya son prioritarios, junto al impulso del crecimiento económico.






