Guatemala ha dado un paso importante en la lucha contra las pandillas y el crimen organizado.
Un nuevo capitulo contra la criminalidad y el control de las pandillas comenzó este martes en Guatemala. El presidente Bernardo Arévalo inauguro el renovado Centro de Detención de Máxima Seguridad Renovación I, ubicado en Escuintla, al sur del país, este penal se ha convertido en un símbolo de transformación del sistema penitenciario guatemalteco.
Esta transformación tiene como objetivo terminar con las prácticas corruptas y delictivas que imperaban en el antiguo centro, mejor conocido como “el infiernito”, lugar en donde las pandillas criminales dirigían sus actividades delictivas dentro de prisión. Con la reestructuración de este complejo se busca garantizar el control del penal, así como reducir la influencia de las pandillas dentro y fuera de las cárceles.
De “Infiernito” a centro de máxima seguridad
El anterior centro penitenciario se había convertido en un lugar donde los reos disfrutaban de lujos y privilegios, mientras se organizaban delitos como extorciones, trafico de drogas y asesinatos, operando con total impunidad.
El pasado junio en una operación conjunta de policías y militares, se incautaron armas, dinero en efectivo, incluso animales exóticos, en donde se pudo recuperar el control de de esta prisión. El ministro del interior, Francisco Jiménez, califico al El Infiernito como “una verdadera universidad del crimen”
El nuevo Centro de Detención de Máxima Seguridad Renovación I tiene como objetivo albergar a unos 260 pandilleros de alta peligrosidad, muchos de los cuales pertenecen a las dos principales bandas criminales del país: Barrio 18 y Mara Salvatrucha. Estos grupos, que desde las cárceles continúan controlando territorios y exigiendo extorsiones, verán reducida su capacidad de operar desde el interior del penal.
Avances tecnológicos y nuevas medidas de seguridad
El Presidente Bernardo Arévalo destacó que la renovación del penal incluye importantes avances en tecnología de seguridad, como rayos X para interceptar el ingreso de armas y sustancias ilícitas, así como un estricto control en las visitas y el traslado de los reclusos.
Por otro lado resaltó que este esfuerzo forma parte de una estrategia más amplia para garantizar la seguridad en el país sin recurrir a prácticas autoritarias. La inversión en infraestructura y tecnología tiene como objetivo asegurar que las cárceles de Guatemala no sigan siendo centros de control para las pandillas, sino verdaderas instituciones que contribuyan a la rehabilitación y reinserción social de los reos.
Las autoridades han reiterado que la lucha contra la criminalidad seguirá siendo una prioridad en la agenda del gobierno, con el objetivo de erradicar las estructuras delictivas que operan desde las prisiones y garantizar una justicia efectiva para todos los ciudadanos.
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