El papa Francisco ordenó la reapertura del caso del jesuita esloveno Marko Rupnik, acusado de cometer abusos de poder y sexuales contra varias religiosas.
La decisión del sumo pontífice se produce luego de que se multiplicaran las críticas por la gestión de este asunto por parte del Vaticano.
En septiembre, la Pontificia Comisión para la Protección de Menores denunció ante el papa graves problemas en la gestión del caso de Rupnik y la falta de cercanía a las víctimas. En consecuencia, el santo padre pidió al Dicasterio para la Doctrina de la Fe que examinara el caso y decidió que no prescribiera para permitir que se celebrara un juicio.
Desde que estalló el caso, las víctimas de Rupnik habían lamentado que nadie en el Vaticano las hubiera escuchado, así como que la Doctrina de la Fe no hubiera sancionado al jesuita por estos abusos.
Este jueves, una diócesis de Eslovenia confirmó que había acogido a Rupnik, después de que fuese expulsado de la Compañía de Jesús, a la que pertenece, por “su obstinada negativa a observar el voto de obediencia”.
La reapertura del caso de Rupnik es un paso importante en el compromiso del papa Francisco de combatir los abusos sexuales en la Iglesia. Sin embargo, las víctimas esperan que esta decisión sea seguida de acciones concretas para proteger a los niños y a las personas vulnerables.