El papa Francisco se encuentra de visita en Marsella, Francia, donde ha denunciado la indiferencia hacia los migrantes que mueren en el mar buscando una vida mejor en Europa.
En un momento de oración en silencio en un monumento dedicado a los marineros y migrantes perdidos en el mar, Francisco dijo que:
“No podemos resignarnos a ver a seres humanos tratados como moneda de cambio, encarcelados y torturados de manera atroz; no podemos seguir asistiendo al drama de los naufragios, causados por el tráfico cruel y el fanatismo de la indiferencia”.
El papa agregó que el mar Mediterráneo se ha convertido en un “inmenso cementerio” donde muchas personas se ven privadas incluso de su derecho a la sepultura.
Francisco ha hecho repetidas llamadas a la solidaridad con los migrantes, a quienes considera víctimas de las desigualdades y la pobreza. En su discurso en Marsella, el papa pidió a los líderes mundiales que trabajen para encontrar soluciones a la crisis migratoria.
La visita de Francisco a Marsella se produce en un momento en que la crisis migratoria en Europa sigue siendo un tema de gran debate. En los últimos años, miles de migrantes han muerto en el Mediterráneo tratando de llegar a Europa.
El papa Francisco es una figura respetada por su defensa de los derechos humanos y su preocupación por los pobres y los marginados. Su discurso en Marsella es un recordatorio de que la crisis migratoria es un problema moral que requiere una respuesta urgente.