Un devastador terremoto de magnitud 6.2 sacudió una zona montañosa en el noroeste de China, provocando la destrucción de viviendas, dejando a los residentes expuestos a temperaturas bajo cero y cobrando la vida de al menos 126 personas. Se trata del sismo más letal en el país en los últimos nueve años.
El temblor, que ocurrió justo antes de la medianoche del lunes, afectó principalmente las provincias de Gansú y Qinghai, dañando viviendas, carreteras y dejando a más de 700 personas heridas, según informaron las autoridades locales y los medios chinos. Además, se derribaron cables de luz y comunicaciones, complicando los esfuerzos de rescate y las labores de respuesta a la emergencia.
Los equipos de emergencia están actualmente movilizados para buscar a personas desaparecidas entre los escombros de edificios derruidos y un posible alud de tierra.
Ma Dongdong, residente afectado, compartió su experiencia de perder tres dormitorios de su casa y parte de su negocio de té con leche. En una entrevista telefónica, expresó su ansiedad y temor a las réplicas del terremoto, lo que lo llevó a pasar la noche en un campo con su familia y vecinos, tratando de mantenerse caliente alrededor de una hoguera.
El epicentro se ubicó a una profundidad de 10 kilómetros en el condado Jishishan, en Gansú, a unos 5 kilómetros del límite con la provincia de Qinghai, según el Centro de Redes Sísmicas de China. Mientras tanto, el Servicio Geológico de Estados Unidos registró la magnitud del sismo en 5.9.